INTERSOMOS
PSICOLOGÍA
No cabe duda que los tratamientos a los pacientes sean de manera integral. Tanto lo físico, lo psíquico y lo espiritual van interrelacionados, se intercomunican y son interdependientes.
La psicología al servicio de la salud integral
Mirando y entendiendo el recorrido de la psicología, y apretando la tecla «actualizar», nos encontramos con una diversidad de tratamientos para las enfermedades del presente siglo, tales como la ansiedad, que lleva a las crisis de pánico, estrés post traumático, fibromialgia, enfermedades inmunológicas, depresión, bipolaridad, estados desadaptativos, colón irritable, dolor crónico, etc. Allí surge el concepto psicosomático, así la psicología comienza a ser un puente entre la mente y el cuerpo y camina hacia unir también lo espiritual, desarrollándose así un paradigma que comprende que los diferentes sistemas están interrelacionados y que las enfermedades se dan también en un contexto social interrelacionado.
Este paradigma comienza a tener bases sólidas en investigaciones realizadas desde la neurociencia, que da respuestas a esta interacción basadas en el conocimiento del cerebro y su funcionamiento. El rol fundamental del cerebro como un gran computador que dirige lo biológico y lo anímico. El enfoque de un cerebro triuno (instintivo, emocional y cognitivo), nos permite una gran comprensión de las enfermedades vistas como desregulaciones intersistémicas de estas áreas del cerebro. Esto, cuando el ser humano recibe una amenaza tanto interna como externa se produce una desregulación que genera una respuesta de sobrevivencia que es la base de los síntomas y enfermedades y también la base de la resiliencia.
Otro aporte, a esta mirada sistémica,es la psicología del desarrollo evolutivo que nos permite comprender el efecto de eventos traumáticos en la primera infancia, y según como fueran gestionadas estas experiencias por los padres o cuidadores el niño tendrá heridas profundas que a lo largo del tiempo se expresarán como síntomas psicosomáticos o si hubo contención, afecto y recursos emocionales a la mano, estas experiencias aumentarán la resiliencia y desarrollarán un sistema nervioso que enfrentará desregulaciones propias del vivir con altas defensas orgánicas y psíquicas.
Otro gran aporte viene de sabidurías ancestrales como chamanismo, budismo, medicinas orientales que han sido estudio también de la neurociencias y se han extraído herramientas para utilizar en las enfermedades de este siglo. Tenemos mindfulness, meditación, artes marciales, acupuntura, terapias energéticas, oraciones, mantra y sonidoterapia. La mirada espiritual se hace presente en la búsqueda de la salud y la sanación integral.
Investigaciones han localizado en el cerebro, zonas donde se alojan vivencias de amor, compasión, fe, empatía, generosidad, búsqueda de la paz y la plenitud y se están desarrollando técnicas para estimular y reforzar dichas experiencias que permiten que el sistema inmunológico del ser humano se equilibre y se autorregule.
Hoy en día es un imperativo que los tratamientos a los pacientes sean de manera integral, tanto lo físico como lo psíquico y lo espiritual van interrelacionados, se intercomunican, y son interdependientes.
Una nueva perspectiva que se está sumando al proceso de sanación es mirar el origen sistémico familiar del paciente por medio de las Constelaciones Familiares. Éstas nos permiten reconocer lo que ocurre en nuestra vida; creencias y bloqueos para disolverlos; así como partes nuestras que fueron reprimidas con el fin de integrarlas de nuevo.
A través de esta metodología es posible tratar todo tipo de desafío emocional, físico y espiritual.
En la búsqueda de dar un acompañamiento integral para el desafío de la autorregulación y la sanación, se fue uniendo esta metodología con otra técnica que trata los traumas y logra sanar las heridas recibidas en la infancia. Este enfoque llamado “Somatic experiencing”, desarrollado por Peter Levine, se basa en que “el trauma no es el evento traumático”, sino que se aloja en el cuerpo, por la desregulación que se generó en el sistema nervioso por el impacto recibido de manera intensa, repentina y muy temprana. Esta mirada permite a las personas no traumatizarse al relatar una y otra vez la experiencia vivida, se trata de rastrear en el cuerpo las sensaciones difíciles para liberar dichas cargas. Por darles atención, el sistema nervioso responde instintivamente soltando lo que está atrapado en el cuerpo y eso genera un gran alivio en el organismo, recuperándose con mucha vitalidad
La unión de ambas técnicas genera una invitación a mirarse a sí mismo, con consciencia, delicadeza y un profundo respeto por la niña o niño herido que hay dentro de todos nosotros. Y darle un lugar a los padres y ancestros, que al ser vistos como niños heridos, emerge una profunda compasión y se puede dar el movimiento de aceptación y agradecimiento a estas personas que nos dieron lo esencial: la VIDA. Desde este movimiento, poder dejar atrás lo que pasó y emprender el gran desafío de ser uno mismo y de ser responsable de tomar la vida.
Una salud integral requiere tratamientos profesionales integrales.
Acompañarnos en el proceso de la vida es un desafío. Usar las herramientas adecuadas, con conocimiento, delicadeza y sobre todo amor, es una responsabilidad.
* Las consultas son de un tiempo de duración aproximado de 50 minutos y los tratamientos de una hora.
