La Terapia Neural
Sus bases científicas se basan en el Nervismo de la Escuela Soviética de Pavlov y Speransky. Su fundamentación está en la regulación que juega la Red Nerviosa en todos los procesos que tienen lugar en el organismo, tanto en estado normal como en enfermedad.
Estos científicos fueron demostrando que las dolencias provocadas en ciertos lugares del organismo podrían causar efectos locales y aún más a distancia. Observaron que, utilizando ciertos anestésicos locales en los lugares donde se había producido la lesión, éstos fueron capaces de suprimir el efecto a distancia que se había provocado.
Detrás de toda investigación científica siempre hay una ideología: en aquella época la naciente Unión Soviética, luego de la Primera Guerra Mundial se aisló del resto de occidente, razón por la cual las investigaciones de Pavlov poco y mal llegaron a occidente.
Solo en los años 20, Ferdinand Huneke inyectó un antirreumático vía intravenosa a su hermana para calmar sus jaquecas. Un antirreumático que en su uso original era intramuscular. La sorpresa fue grande ya que no solamente desapareció la cefalea, sino que también muchos dolores asociados e incluso una depresión que arrastraba hace tiempo. A esto se le conoció como fenómeno en segundos. Aquel antirreumático contenía procaína para aliviar el dolor con la inyección intramuscular. En otra paciente jaquecosa, Ferdinand quiso repetir el experimento, pero la paciente presentaba unas venas muy debilitadas que impedían inyecciones por vía endovenosa y se las ingenió para pinchar vía subcutánea alrededor de la vena, obteniendo el mismo resultado.
Fruto de estos descubrimientos asombrosos, en 1928, los hermanos Huneke publicaron un artículo llamado “Desconocidas reacciones a distancia de los anestésicos locales”, comenzando así la Terapia Neural. Luego, los hermanos Huneke, y posteriormente el Dr. Peter Dosch, trataron de sistematizar y protocolizar la terapia neural.
Fue también por azar que la terapia llegó a América Latina. German Duque fue un médico colombiano que había realizado su beca de especialidad en Alemania, al cual le pidieron que acompañe a un paciente de Cali que presentaba dolores invalidantes de cuello, dificultando el buen funcionamiento de sus extremidades superiores.
En Alemania, la medicina convencional no pudo hacer mucho más de lo que ya habían intentado en Colombia y en Estados Unidos. Fue una enfermera que le aconsejó a Germán Duque que llevase a su paciente donde el Dr. Peter Dosch que sí pudo ayudar a solucionar el problema. Ante esto, el Dr. Duque partió nuevamente a Alemania a formarse en Terapia Neural. De vuelta, en Popayán, Colombia, junto con el Dr. Julio Cesar Payan formaron un centro de atención y formación llamado Los Robles.
El Dr. Payan le aportó a la Terapia Neural todo un enfoque desde la Física Cuántica y la Filosofía que impregna para siempre a la Terapia Neural un sello de terapia integradora, holística y singular, donde aparecen conceptos nuevos como el Sentipensar y el Intersomos.
En Chile somos pioneros en la implementación de esta terapia y tuvimos la suerte de compartir con el Doctor Payán en la formación de médicos nacionales.

CONSOLIDACIÓN
La Terapia Neural fue capaz de integrar y darle al Sistema Nervioso todo su potencial en cuanto a método de diagnóstico y tratamiento, entendiendo que enferma el ser y se debe tratar al ser. El sistema nervioso es el sistema integrador, regulador de todo el organismo, y los últimos avances en medicina así lo han demostrado.
Actualmente asoma el concepto de PNIE (Psico-Neuro-Endocrino-Inmunología), que incluso se está considerando como el nuevo paradigma que está siendo capaz de revolucionar la medicina. Esto vuelve al concepto de lo ‘único’ y el ‘todo’; ya no ver al paciente como partes diferentes que se pueden unir como el mecanismo de un reloj.
En biología, el todo es mucho más que la suma de sus partes, y la Terapia Neural tiene eso como principio básico. La PNIE nos demuestra la infinita relación que existe entre estos diferentes sistemas y cómo un problema inmunológico puede afectar lo neurológico con lo endocrinológico, y viceversa.
Lo revolucionario del concepto PNIE es que integra el factor psicológico. Somos seres sociales, inmersos en una sociedad y cultura que influyen en nuestros procesos biológicos, ya que como fue demostrado por la Teoría General de Sistemas, somos un sistema termodinámicamente abierto. Es decir, estamos en constante intercambio de energía e información con el medio exterior, devolviéndole al sistema su capacidad de auto-eco-organización.
¿CÓMO FUNCIONA LA TERAPIA NEURAL?
En la consulta de Terapia Neural siempre partimos desde una Historia de Vida del paciente. Eso es fundamental, ya que nos permite interactuar con la persona en busca de los eventos que llevaron al proceso de enfermar. Desde un inicio buscamos lo que nosotros llamamos los Campos Interferentes (CI).
Un campo interferente es una irritación que permanece en la memoria del individuo, e inclusive en la memoria celular. Estas irritaciones pueden ser físicas, químicas, infecciosas, afecciones odontológicas, térmicas, emocionales, etcétera.
Éstas, en un individuo en particular, pueden generar un proceso llamado enfermedad, que puede generarse donde está el CI. En algún momento, estos CI pueden empezar a lanzar estímulos irritativos que son capaces de alterar los mecanismos de autorregulación que tiene el organismo mediante su sistema nervioso.
No todo evento traumático de los señalados se comportan como CI y producen alteraciones a lo largo de su vida. Una persona acumula varios CI que se van acumulando en el sistema. Los CI odontológicos, cicatrices de intervenciones quirúrgicas, infecciones repetitivas, eventos emocionales marcadores, toxinas ingresadas a través de los alimentos.
Todos estos son eventos (CI) que en algún momento pueden hacer que se rebalse el vaso y genere una enfermedad. Para neutralizar esos CI es que usamos los impulsos neural terapéuticos. Y ahí es bueno recordar los descubrimientos de Pavlov y las observaciones efectuadas por los hermanos Huneke.
En terapia neural, en general usamos procaína, o también lidocaína, en concentraciones muy bajas. Acá, lo que se busca en estas sustancias no es su efecto anestésico, si no su efecto repolarizante de membrana.
Normalmente las células están en constantes cambios de despolarización y repolarización. Cada estímulo hace caer el potencial de membrana celular y la célula mediante el metabolismo del oxígeno es capaz de repolarizarse. Y es así cómo circula la información en el organismo, en permanentes procesos de despolarización/repolarización.
Esto se puede comparar a una pila recargable, que constantemente está cediendo energía (despolarización) y luego se recarga (repolarización). Y llega un momento donde son tantos los estímulos que se han ido acumulando, que la célula pierde su capacidad de repolarización y queda en un estado de despolarización permanente, causando un debilitamiento y posterior enfermedad de órganos y sistemas.
Ahí es donde los anestésicos locales juegan un rol importante, ya que estos poseen un alto potencial energético de aproximadamente 290 milivoltios, que al ser inyectados en bajas concentraciones tienen la capacidad de repolarizar el tejido dañado. Así permite estabilizar el sistema vegetativo que había quedado lesionado por las diferentes irritaciones. Por eso es que frecuentemente se pinchan cicatrices o inclusive zonas del cuerpo donde el paciente comenta que siente una opresión o molestia.
