Historia y estudios Vitamina C
La vitamina C (Ácido Ascórbico, Ascorbato de Sodio, Ascorbato de Calcio) fue la primera demostración en la epidemiología nutricional que asocia deficiencias específicas de la dieta con una enfermedad en particular. Fue James Lind en 1753 que asoció el déficit de cítricos con el escorbuto que padecían los marineros de largas travesías. En aquel entonces todavía la química no se había desarrollado y se ignoraba el compuesto que evitaba el escorbuto.
No fue sino hasta 1928 que fue aislada y descubierta por el Dr. Albert Szent-Gyorgyi, bioquímico húngaro, a quién le valió el Premio Nobel en 1937 por su trabajo denominado “Los Procesos de Oxidación Biológica y el papel de la Vitamina C y el Acido Fumárico”.
A partir de ahí, varios médicos empiezan sus investigaciones con los alcances de la Vitamina C y altas dosis de ésta, en diferentes enfermedades como la poliomielitis. Varias fueron las epidemias de poliomielitis post Segunda Guerra Mundial, hasta antes del descubrimiento de la vacuna contra la polio en 1962.
Estas investigaciones permitieron, por un lado, comprobar la importancia de las altas dosis de Vitamina C en tratamiento de enfermedades virales, y además la carencia de toxicidad de la Vitamina C, haciendo de ésta una sustancia muy noble.
Si bien el auge de las vacunas contra la polio y otras enfermedades permitió el control de dichas enfermedades y sus secuelas, cabe recalcar que la vacuna sólo sirve para la enfermedad que le dio origen siendo ineficaz para otras enfermedades.

Tal vez, en aquel auge de las vacunaciones masivas de la segunda mitad del siglo XX, la humanidad pensó que eso bastaría para el control de las enfermedades infecto contagiosas que tantas secuelas dejan desde el punto de vista de la salud, social y económicas. El problema es que, por ese auge, se dejó de investigar el uso de suplementos nutricionales en el control de enfermedades, y se les olvida a los organismos de salud que para que una vacuna sea eficiente, necesita de un sistema inmune que esté sano y fuerte.
El segundo gran impulso del uso de esta vitamina se la debemos al Dr. Linus Pauling.
Vale la pena algunas pocas líneas sobre Linus Pauling, uno de los hombres más influyentes del siglo XX. Claramente su vida tiene tres grandes capítulos. El primero como químico que le valió el Premio Nobel de Química en 1954 por “Los Enlaces Químicos de la Vitamina C y la Estructura Atómica de la Hemoglobina”. Descubrió ahí las leyes que describen cómo interactúan las moléculas. La medicina y la química serían dos campos totalmente separados si no contáramos con los descubrimientos de Pauling.
El segundo capítulo fue su actividad contra el desarrollo de las armas nucleares y la Paz Mundial. Pasó de ser un científico altamente introspectivo y de un gran corazón, a su gran lucha contra la bomba atómica que le valió su segundo Nobel en 1962: el Premio Nobel de la Paz. Eso lo convirtió en el único ser humano que ha conseguido dos veces el galardón, y las dos de manera individual.
Esta lucha antinuclear le significó la animosidad del gobierno norteamericano quien le confiscó su pasaporte. Este percance le significó no poder viajar a completar sus estudios a Inglaterra junto a Watson y Crick con quienes estaba descifrando la cadena de ADN. Al recibir el Nobel Watson y Crick declararon que este premio debería haber sido compartido con Pauling. O sea, perfectamente podría haber tenido tres nobeles.
Su tercer capítulo, comenzó a los 65 años cuando empezó a estudiar a fondo la Vitamina C y creó el término Medicina Ortomolecular. Delineando así, la Ciencia de darle al organismo las moléculas correctas para lograr una nutrición óptima.
En 1970 escribe el primer libro al respecto: “La Vitamina C”. Bestseller en USA y que significó que automáticamente los norteamericanos aumentaron en un 300 % su consumo promedio de Vitamina C y en paralelo hubo un 30 % menos de muertes por causa cardíaca. No existe otro hecho documentado en cambios higiénico dietético de los estadounidenses que explique este fenómeno.

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS
El hombre, algunos primates, murciélagos y cerdos de guinea somos los únicos animales que perdimos la capacidad de sintetizar nuestra propia vitamina C. Existe una producción basal que aumenta exponencialmente en base a la cantidad de estrés que debe afrontar el animal. De ahí que se le llame Hormona Anti-Estrés. Por ejemplo, una cabra de monte produce por día 13 gramos de Vitamina C, cuando está sometida a estrés esta producción sube a 100 gramos por día. Una rata normalmente produce 5 gramos en estado basal, mientras que cuando está estresada, el mismo animal genera 15 gramos.
Todos los animales fabrican su vitamina C a partir de la glucosa. Los humanos perdimos el último paso de esa reacción química ya que nos faltan algunas enzimas. La fórmula química del azúcar es: C6-H12-O6. El Ácido Ascórbico (Vitamina C): C6-H8-O6. O sea, ambas estructuras sólo se diferencian por 4 átomos de hidrógeno.
Es la vitamina hidrosoluble más tolerada del cuerpo con múltiples ventajas. Al ser hidrosoluble, una vez que cumple su función, que veremos son varias, se elimina sencillamente por la orina. Es una gran donadora de electrones cosa que le permite ir antioxidando las diferentes estructuras del organismo. Hasta el día de hoy, no se le conoce niveles de toxicidad.
A cambio de esta carencia en su fabricación, el organismo posee tres órganos con bombas especiales que captan Vitamina C para mantenerla en reserva. Éstas son las Glándulas Suprarrenales, los Glóbulos Blancos y el Cerebro. Es decir, los órganos que nos ayudan a lidiar con el estrés. Y el órgano que tiene la reserva más importante es la retina.
LA DOSIS RECOMENDADA DIARIA
La RDA (Recommended Daily Allowance), indica que para la Vitamina C, la dosis diaria recomendada son 75 mg. Sin embargo, recordemos que estas dosis fueron determinadas en personas sanas para evitar la enfermedad por la cual se descubrieron, en este caso, como el escorbuto. Como veremos, las dosis necesarias son mucho mayores ya que diferentes enfermedades pueden ser evitadas cuando su consumo es óptimo. Linus Pauling recomendaba como dosis óptima entre 3 a 20 gramos por día para prevenir enfermedades. Una naranja de buena calidad contiene en promedio entre 50 a 70 mg de Vitamina C. Es decir, Pauling proponía el equivalente de 50 a 330 naranjas, imposible de consumir en un día. De ahí que sea necesaria la suplementación.
FUNCIONES
Participa en la síntesis de Colágeno y Elastina. Sin ellos no hay reparación posible de los tejidos. En definitiva, el escorbuto descubierto en los marineros correspondía a hemorragias masivas por falta de colágeno para la reparación de venas y arterias que como todo tejido va sufriendo daños en el transcurso del tiempo. La epidemia del Ébola, entre 2014-2016, correspondió a hemorragias provocadas por un virus en poblaciones malnutridas. Gran número de personas superaron la crisis con uso de vitamina C endovenosa.
La vitamina C es uno de los nutrientes más activos en el sistema de defensas. Hay que recordar que el sistema inmunológico participa en la inmunidad contra virus, bacterias, hongos, parásitos y toda sustancia extraña que ingresa al organismo. Además, el sistema inmunológico va reparando células dañadas antes que se tornen cancerígenas, y cuando este proceso ya está desarrollado, la vitamina C es capaz de activar unas células llamadas Natural Killer que se encargan de destruirlas. Las altas dosis de vitamina C elevan la respuesta inmune, inclusive en casos donde hay una dieta pobre en ésta, o en edades avanzadas.
La vitamina C incrementa los niveles de glutatión sanguíneos. El glutatión es un poderoso antioxidante intracelular, producido por el organismo, y es considerado la primera barrera al ataque de los radicales libres generados por el metabolismo del oxígeno, como también por los agentes infecciosos provenientes del exterior. Cabe destacar que en farmacias existe Glutatión para consumo oral, que en realidad no sirve de nada, ya que el 99,9 % se degrada en estómago. De ahí la importancia de la Vitamina C, que estimula a nivel intracelular la producción de este antioxidante.
Agente Quelante
Tal vez donde más consenso existe en el mundo médico es de la capacidad de la Vitamina C como agente quelante. Lamentablemente es poco lo que los médicos en general sospechan de la influencia de los metales pesados y agentes químicosen el desarrollo de las diferentes enfermedades. Un agente quelante es aquel que puede ligarse molecularmente a un tóxico y eliminarlo por la orina. La Vitamina C tiene esta capacidad y, al ser hidrosoluble, se elimina por orina.
En 1951, Jean Nicolás Vauthey demostró en ratones de laboratorio que si se les inyectaba mercurio, estos morían en menos de una hora. Pero si se les aplicaba una megadosis de Vitamina C previo a la inyección de mercurio, el 40 % de los ratones sobrevivía. En 1939 Holmes publicó los efectos del envenenamiento por plomo en la industria, y cómo estos síntomas disminuían en tan sólo siete días después con el uso de 100 mg de Vitamina C.
- La efectividad de los medicamentos, en cualquier terapia está siempre limitada por su toxicidad en diferentes órganos y sistemas. Ya son varios los trabajos publicados en cuanto a la eficiencia de la Vitamina C como desintoxicante. En 1959, Schultheiss y Taray estudiaron el uso del ácido ascórbico para evitar efectos secundarios de las terapias con digital en los cardiópatas. Similares estudios se han efectuado con sulfas, con la aspirina y barbitúricos.
- Calor y Quemaduras. En 1938 Zook & Sharpless demostraron que la exposición a altas temperaturas acelera la destrucción del ácido ascórbico y, por ende, incrementa su necesidad fisiológica. De hecho, perdemos mucha más vitamina C durante el verano que durante el invierno. En 1962, Agarkov reportó que con 15 mg por kilo peso aumentaba significativamente la resistencia de los ratones a altas temperaturas. Klasson desde 1950 estudia los excelentes resultados de los tratamientos con Vitamina C en quemados: alivia el dolor, acelera tiempos de cicatrización (recordar que es fundamental en la síntesis de colágeno y elastina) y combate la acumulación de toxinas metabólicas producidas por la quemadura.
- Basta con recordar que es esencial en la síntesis de colágeno y elastina, para entender que mantiene la integridad estructural de la piel. Lo mismo sucede en traumas, fracturas óseas, heridas y cirugías ya que gran parte del éxito en la resolución de estas situaciones dependen de la calidad del colágeno y elastina.
- Radiación. Ya desde 1939 Carrier y Schnettler demuestran que el ácido ascórbico es muy eficiente como protección contra los efectos desfavorables de la irradiación. Tan sólo con 200 mg al día de Vitamina C ya se ven positivos resultados. También en esa época ya lograron prevenir la disminución de los glóbulos blancos producto de la exposición a los rayos X. Los tejidos irradiados generan leucotoxinas que logran ser desactivadas por la Vitamina C.
- Inmunización. Es de reconocer que, desde el advenimiento de las vacunas, han disminuido en el curso de las décadas las epidemias. Ahora es importante señalar que toda inmunización debe aplicarse en personas con niveles adecuados de Vitamina C, ya que la eficiencia de ésta depende de un sistema inmune lo más activo posible. En hijos de aborígenes australianos en una vacunación masiva que hubo en los años 50 se presentó un aumento de casos de muerte súbita. Dichas muertes descendieron a niveles cercanos a 0 % después de aplicaciones sistemáticas con Vitamina C.
- Enfermedades Cardiovasculares. La Dra. Shari Lieberman (University of Bridgeport. USA) afirma que la Vitamina C reduce el riesgo de enfermedad cardiaca. Individuos con una ingesta de 500 mg de ácido ascórbico al día, presentan niveles más bajos de colesterol LDL (llamado “malo”), niveles más altos de HDL (llamado “bueno”) y presiones sanguíneas más bajas. El desarrollo de las enfermedades cardiovasculares son un lento proceso de deterioro de los vasos sanguíneos.
Cuando existe una inflamación sostenida en el tiempo, también llamada “Inflamación Mínima Persistente”, los vasos sanguíneos también se ven inflamados. Ante eso el sistema inmune desencadena sus mecanismos de inflamación con la intención de reparar los vasos sanguíneos dañados. Cuando existen bajos niveles de Vitamina C, los vasos sanguíneos se ven carentes de colágeno y elastina, lo que impide una correcta reparación de los daños vasculares, ahí se activan las plaquetas sanguíneas que tratan de reparar el daño y se ven atraída ciertas células sanguíneas (los macrófagos) cargadas de colesterol LDL (llamado “colesterol malo”) comenzando así la ateromatosis, cuando a esta reacción además se van depositando calcio, empiezan a formarse la aterosclerosis.
Estas placas frecuentemente son inestables, pudiendo desprenderse partes de ellas, fomentando la formación de trombos sanguíneos. Como vemos, gran parte de estos daños son en su origen, provocados por dietas inadecuadas, ricas en alimentos procesados y sobre todo por carencia de vitamina C.
Trabajando con ratones de laboratorio en condiciones de avitaminosis C, los investigadores comprobaron el incremento de las concentraciones de colesterol. Esto, porque el principal mecanismo que tiene el organismo para metabolizar el colesterol es la formación de las sales biliares (bilis) y esto ya está ampliamente documentado es estimulado por la vitamina C.
Estudios han demostrado en sujetos con colesterol alto y bajo estatus de vitamina C que, tan sólo administrando 500 mg de Vitamina C, los niveles de colesterol disminuían a los 3 meses. Lo interesante es que altas dosis de Vitamina C disminuyen el colesterol LDL, sin influir en el HDL. Y eso por que la Vitamina C es un excelente antioxidante que es capaz de barrer con los radicales libres que dañan los lípidos sanguíneos.
- Se ha demostrado que tan sólo con 1 gramo de Vitamina C en pacientes diabéticos de tipo 2, a los 4 meses mejoran bastante los marcadores bioquímicos del metabolismo del azúcar.
- Cáncer. A diario estamos sometidos a miles de agentes químicos, tanto en lo que bebemos, comemos, respiramos o tocamos. Hoy se sabe, que la mayoría de los cánceres se desarrollan como resultado de un exceso de radicales libres que dañan la célula. En 1976 los doctores Pauling y Cameron, estudiaron 100 pacientes terminales de cáncer. En un nivel experimental trabajaron con 10 gramos de vitamina C, constatando que aquellos pacientes tuvieron una sobrevida 4 veces mayor a los que no la habían recibido. En ratones de laboratorio sometidos a agentes cancerígenos, dichos ratones aumentaron su tasa de producción de Vitamina C.
Esta, en megadosis tiene varios efectos, es antioxidante, pero a la vez es capaz de oxidar las células cancerígenas cuyas paredes celulares son disfuncionales. Por otro lado, las células cancerígenas son dependientes del azúcar, si uno trabaja con dietas lo más pobre posible en hidratos de carbono, los receptores de glucosa son tomados por la Vitamina C. Cabe destacar que su estructura química es muy similar, sólo la diferencian 4 átomos de hidrógeno. Es bueno recalcar que la Vitamina C en mega dosis en ningún caso sustituye el trabajo en conjunto con tratamientos oncológicos. Ambos tratamientos son totalmente complementarios, ya que por un lado hay que ayudar a destruir células cancerígenas, pero también fortalecer mecanismos de desintoxicación y fortalecimiento del sistema inmune del paciente. Existen cánceres que responden muy bien a la vitamina C, y otros no tanto como son las leucemias, linfomas y tumores cerebrales.
- Asma y Alergias. Acá la principal función es que la Vitamina C es un poderoso Anti Histamínicos natural. Recordemos que la Histamina es el principal neurotransmisor involucrado en alergias y asma. En general, con dosis que van de 4 a 8 gramos se ha demostrado buenos resultados en manejo de asma y alergias.
- Infertilidad. Estudios han demostrado que bajos niveles de Vitamina C están asociados con infertilidad tanto masculina como femenina. La infertilidad masculina aumenta en un 1% cada año, y las investigaciones han comprobado que con dosis entre 200 y 1000 mg de vitamina C, aumenta el conteo de espermatozoides. Por otro lado, los ovarios son de los órganos en la mujer que más vitamina C acumulan, ya que es fundamental en la síntesis de los estrógenos y progesterona.
- Absorción del Hierro.
- Estados Mentales. La vitamina C es esencial en la síntesis de los neurotransmisores como la Serotonina. Además, en estudios con pacientes con esquizofrenia se demostró que el uso de dosis por vía endovenosa mejoraba en un 75 % la sintomatología de estos pacientes.
- Órganos de los sentidos. Solo hay que recordar que el principal reservorio de vitamina C se encuentra en la retina. La literatura es ya abundante en el uso de megadosis de vitamina C en glaucomas, al igual que reducir la incidencia de cataratas.
CONCLUSIÓN
Hoy en día estamos ante esta nueva crisis sanitaria, donde cada día se presentan más casos asociados a COVID-19 y las vacunas, si bien pueden disminuir la gravedad de los síntomas, todavía no se sabe si serán efectivas con las nuevas cepas que aparecen en Inglaterra, Sudáfrica, Brasil, y últimamente India. Nuevas epidemias surgirán una vez solucionada la actual. Como hemos visto, el rol de la vitamina C está ampliamente documentada en cuanto a su rol activo en inmunidad, y es bueno recordar que una buena inmunización se da en un sistema inmune fuerte. También es ampliamente conocido su rol en la regulación del colesterol y el azúcar, lo que de por sí justifica su uso en enfermedades metabólicas.
Como lo indicamos, somos uno de los pocos animales que no la produce, perdimos dicha capacidad. Por ende, dependemos del aporte externo. Debido a sus múltiples funciones, su cero toxicidad y la multitud de agentes agresores que en la actualidad enfrentamos, se justifica ampliamente su uso en dosis que van más allá de la Dosis Recomendada Diaria. Sus múltiples cualidades le dieron el apodo de “Hormona Anti-Estrés”, y según datos académicos en lo que va de esta pandemia por lo menos 35% de la población quedará con lo que llamamos Estrés Post Traumático. La Vitamina C es calidad de vida y es un nutriente muy noble.
No quisimos inundar de biografía, pero si quiere investigar de ella, nada mejor que PubMed: www.ncbi.nlm.nih.gov/
