El Otro Lado del Estrés
Cuando revisamos las estadísticas de las causas de fallecimiento de las personas, encontramos que la gran mayoría son debidas a enfermedades crónico-degenerativas. Incluso, con esta pandemia de COVID-19, vemos que las personas de mayor riesgo son las portadoras de algunas de estas patologías crónicas.
Y esto nos tiene que hacer ver que el estrés no solamente es psicológico, sino también físico, inflamatorio, ambiental, social, etcétera. El estrés físico, por ejemplo, en deportistas de alto rendimiento o de deportes extremos, con el tiempo pasan la cuenta. Cómo explicarse que a los grandes campeones en diferentes deportes se les nota un envejecimiento precoz cuando se retiran. Esto es producto del estrés inflamatorio, a causa de la alimentación que estamos teniendo, y en la Medicina se habla ya de Inflamación Mínima Persistente o Inflamación Silenciosa.
En cualquier caso, el estrés hay que verlo como multifactorial.
Cada vez se está entendiendo que el organismo funciona en red, y no por sistemas separados. En esta lógica existe una red del estrés. Cada vez que el sistema nervioso detecta señales de estrés se activan ejes endocrinológicos. Nos enfocaremos en el Cortisol, sólo como ejemplo.
El cortisol es una hormona que secreta nuestro organismo en la mañana para prepararnos el día. Es una hormona beneficiosa, ya que permite reparar tejidos. Para hacer una analogía: la cortisona es un medicamento efectivo para solucionar problemas agudos, pero cuando se usa de manera crónica es inmunosupresora. Todo depende del uso que se le dé. Entonces, ante situaciones de estrés, que son multifactoriales, se produce un exceso de producción y permanencia del cortisol que empieza a deprimir el sistema inmune, alterando los procesos de cicatrización.
Produciendo un hipercortisolismo que, con el tiempo lleva a un agotamiento de las glándulas suprarrenales.
Este exceso de cortisol produce una exposición crónica al cortisol. No solamente está circulando en la sangre, sino que también se va depositando en los tejidos comprometidos. Se habla ya de estrés tisular.
Ante esta sobreexposición al cortisol debemos tener los mecanismos para poder eliminarlos. Existen tres órganos claves en la desintoxicación del cortisol: hígado, tiroides y páncreas.
HÍGADO: el hígado es la central de desintoxicación.
Cualquier toxina endógena o exógena pasa por el hígado para que este, en dos fases, la desactive.
- Fase 1, de transformarla en sustancia no tóxica.
- Fase 2, eliminación.
En ese sentido, el hígado posee enzimas para desintoxicar el cortisol y que éste pueda ser eliminado por la orina. El problema es que tenemos un hígado sobrecargado, a causa del exceso de tóxicos medioambientales que ingerimos.
Esto trae varios problemas y queremos destacar tres: Hay una sobrecarga de cortisol. El hígado también está involucrado en el metabolismo de la histidina, precursor de la histamina, la cual juega un rol importante en procesos inflamatorios y de alergia. El hígado es encargado de procesar el amonio, altamente tóxico, proveniente de la digestión de proteínas. Entonces nada más que con estos tres parámetros tenemos una sobrecarga de cortisol, histamina y amonio. La histamina y el amonio producen irritación cerebral y neurodegeneración. Inclusive, se ha visto que el exceso de histamina en el cerebro favorece a los problemas de adicción.
Por eso, para nosotros es fundamental, cualquiera sea la patología, ayudar con la desintoxicación hepática. Cuando las pruebas hepáticas en los exámenes de sangre salen alteradas, ya estamos llegando tarde. Y es impresionante cómo el hígado graso se ha transformado en una epidemia sin llamar mayormente la atención.
TIROIDES: otra de las epidemias que vemos son los hipotiroidismos subclínicos. Muchas personas están tomando hormonas tiroideas sólo por un diagnóstico de hipotiroidismo subclínico que se caracteriza por TSH alta, T3 y T4 normales. El problema reside en que ante altas concentraciones de cortisol se interfiere en la transformación de T4 a T3, y produce la llamada T3 REVERSA, que es inactiva. En Europa y EE.UU. ya se pide en los laboratorios distinguir entre T3 y T3 Reversa, ya que eso nos permite trabajar con el origen de este hipotiroidismo y no tapando el síntoma.
PÁNCREAS: nuestro estilo de vida actual, con excesos de hidratos de carbono, producen un exceso de azúcar en sangre, a lo que el organismo responde con secreciones altas de insulina, generando altos cuadros hipoglucémicos. El organismo, ante esta falta aparente de azúcar entra en estrés con la consiguiente producción de cortisol. Esto sobrecarga aún más el organismo con cortisol.